El Barranc de
Biniaraix es la fusión de la
naturaleza con la mano sabia y artesana del hombre para crear un paraíso
acogedor y ciclópeo a la vez. Desde la alta llanura del valle de l´Ofre baja el barranco hasta el valle
de Sóller, escondiéndose de salto en salto, entre ses Solanes por una parte, y la Serra
d´Alfàbia por otra, rozando los pies de los altivos Cornadors.
Este magnífico
lugar estaba antiguamente lleno de vida y actividad agraria. La antigua
alquería del Barranc, parcelada en pequeñas propiedades, era labrada por sus
propietarios con cuidado y dedicación. El valle de Sóller, cien años atrás, tenía escasas vías de comunicación con el
resto de la isla: el Camí de Castelló
que enlazaba con Deià y Valldemossa, el Camí
de Ciutat que le daba acceso a las tierras del Pla y el Camí de l´Ofre que le abría el paso
hacia la Serra; para el transporte, la vía más común era por mar, del Port de Sóller al Port de Andratx o al Moll de
Ciutat. Los otros caminos le permitían llegar justo a los límites de los
vecinos municipios de Bunyola y Escorca. El Camí de l´Ofre, además de vía de
comunicación era, y todavía es, ruta de peregrinos al Santuari de la Mare de Déu de Lluc.
Actualmente,
el Barranc de Biniaraix y el Camí de l´Ofre son un lugar privilegiado para los
excursionistas, especialmente en primavera. En este mágico paraje encontramos
la más diversa variedad de elementos, ya sean naturales como fruto de la mano
del hombre: garrig baja y de montaña, olivos y encinas, torrentes con saltos y
pozos de ensueño, caudalosas fuentes naturales, acantilados, obra de pedra en sec, restos arqueológicos y
construcciones autóctonas, etc.
Ruta: “El Barranc de Biniaraix. De Sóller al Puig de
l´Ofre”
Comenzamos la
excursión en Sóller. Desde la carretera del Port,
delante del camino del Rost, nos dirigimos a la plaza de Sóller y avanzamos por
el carrer de la Lluna. Llegamos a ca la Creu y pasamos por l´Alqueria del Comte, siempre al lado
del torrente. Poco después llegaremos al precioso pueblecito de Biniaraix. Una
vez allí, unas escaleras empedradas a la izquierda de la carretera nos
permitirán introducirnos en un maravilloso conjunto arquitectónico, presidido
por la omnipresencia de la piedra. El empedrado de las escaleras continua por
el carrer de Sant Guillem y, pasada
la Plaça de la Concepció, aparece de
nuevo el asfalto hasta llegar a los lavaderos de la villa, delante de las
nobles casas de Cas Don, con fachada ornamentada con el gran escudo barroco de
la familia Bauçà. Continuamos el camino al lado de estas casas dejando a mano
izquierda el Camí Vell de Monnàber y
transitamos ahora por un camino de carro. Poco después uan nueva desviación a
la izquierda nos ofrece la posibilidad de acceder a los olivares de cas Don,
pero nosotros continuamos recto entre marges
y empedrados.
Hemos llegado
al Torrent
des Barranc. El camino atraviesa el torrente y se enfila por dos curvas
muy elaboradas hasta llegar a un primer punto de abastecimiento de agua. La
ascensión se suaviza y si nos fijamos podremos observar a la derecha, los
rastros del Camí Vell. Por entre marjades de olivos llegamos de nuevo al
torrente y lo cruzamos, bien por el mismo cauce del torrente o por el puente de
cemento.
Inmediatamente
después llegamos a uno de los rincones más excepcionales del Barranc, ses Voltetes. Se trata de
una zona donde el camino supera un importante desnivel con una serie de vueltas
muy bien conseguidas y totalmente integradas en el paisaje. Finalizada esta
subida volvemos a encontrar un grifo que nos proporciona agua de la Font des Verger.
Llegamos a s´Estret y de nuevo la arquitectura
popular se levanta como protagonista principal. Destacan aquí el empedrado del
camino, la canaleta de la Font des Verger,
un interesante puente de piedra por donde volvemos a cruzar el torrente y, en
el cauce del torrente, los restos del antiguo trazado del camino, también
empedrado.
El camino
sigue su sinuoso trayecto y el próximo hito destacable es un nuevo puente en
esta ocasión de madera, que se encuentra poco antes de las casas de Can Silles. Antes de llegar al puente,
nos encontramos con un camino que, partiendo de nuestra izquierda, conduce a
los olivos de la vertiente sur del Morro
de ses Solanes. Es el camino de Can
Fusta.
En las mismas
casas de Can Silles encontramos otro camino relevante, el Camí des Verger, que se enfila también por nuestra izquierda, en
dirección a la Font des Verger.
Nosotros seguimos por el camino, que
suaviza momentáneamente los desniveles y posteriormente gira de repente
a la izquierda, dejando a mano derecha el Camí
Vell y el Camí de s´Aladern.
La subida
continua con numerosas curvas y progresivamente vamos dejando atrás parejes
como sa
Campana, les Coves d´en Mena (grandes grutas de color rojizo, visibles
incluso desde Sóller) y el Salt des Cans, donde la tradición
asegura que se lanzaban hacia el precipicio del torrente los perros enfermos o
muy viejos. Ya casi hemos acabado casi toda la ascensión y nos encontramos
ahora con la Barrera de l´Ofre, que nos informa de la presencia de ganado
bovino en la zona. El próximo punto es el lugar conocido como el Pi des Llamp, desaparecido hace ya mucho
tiempo, desde donde se comienza a divisar la
vall de l´Ofre. Antes de entrar en el valle, nos fijaremos en el antiguo
trazado del camino, que evitaba las casas de
l´Ofre, y se enfila por nuestra izquierda, en dirección al Coll de l´Ofre.
Dejamos de lado las casas de l´Ofre a
nuestra derecha y continuamos por el citado camino.
Continuamos
por el amplio camino, hastq ue, hacia la derecha y con las indicaciones del GR,
cogemos el Camí Vell; la pista moderna queda en este primer tramo de
subida a la izquierda. Después, el Camí Vell atraviesa la pista, que ahora
queda a la derecha. Enlazamos con esta amplio camino justo antes de llegar al Coll de l´Ofre, en el margen de la
bifurcación del camino hacia la cima del Puig,
que parte por la derecha. Hemos llegado por fín al Coll de l´Ofre, donde
podemos observar una cruz de hierro, mientras que a nuestra derecha se alza la
formidable silueta cónica del Puig de l´Ofre. La vista sobre la
depresión de las casas de l´Ofre y la espléndida panorámica del Puig
Major y el embalse de Cúber hacen de esta excursión una de
las más bellas de la isla de Mallorca.
Finalmente,
volveremos por el camino por dónde hemos ascendido, de vuelta a la vall de Sóller.
Bibliografía: “Barranc de Biniaraix. Guia d´interpretació del
medi”, Consell Insular de Mallorca.
Bibliografía: “Guia del paisatge cultural de la Serra de
Tramuntana”, Gaspar valero i Martí.
Fotografías: Virginia Leal.