La imagen del ángel – veleta de la torre del homenaje del
palacio de la Almudaina fue realizada por el escultor rosellonés Antoni de
Camprodon, en el año 1310, por orden de Jaume II. El ángel luce una larga
túnica y sostiene una cruz trebolada en la mano izquierda, con un escudo en el
pecho con la inscripción Et Verbum caro
factum est (“Y la palabra de Dios se encarnará”). Señala la dirección del
viento con el brazo derecho y el dedo índice estirado. Tiene una estructura de
madera de álamo forrada de plancha de cobre. Cuentan las crónicas que el rey
mallorquín puso mucho interés en esta imagen, por lo que hizo que le trajeran
el angelote – así es como lo llamaban
– a la villa de Sineu, donde entonces residía Jaume II, para darle el visto
bueno. Respecto a la torre, su altura se rebajó en dos ocasiones, en 1756 y en
1851, en ambos casos por miedo a los efectos de los terremotos; en las reformas
de los años sesenta del siglo XX fue de nuevo levantada.
Puede ser que
esta imagen configure una de las primeras representaciones del Àngel
Custodi del Regne de Mallorca, que protegía en época medieval nuestra
isla y su reino. También se le denominaba el Àngel de la Pàtria, y la
fiesta se celebraba el lunes después de
Pascua, que posteriormente se pasó al domingo del Ángel. La fiesta del Ángel
era a finales de la Edad Media una de las cuatro más importantes que se
celebraban en Mallorca. Se organizaba una procesión, con una entrada y un
clérigo que representaba el Ángel; un síndico se encargaba de la fiesta, y era
llamado angeler. En el año 1407 se
inauguró en la Seu la capilla del Ángel
Custodi (actualmente corresponde a la del Sagrado Corazón). La misa del
Ángel, según recoge el misal mallorquín de 1506, es la única que se refiere a
un hecho histórico de Mallorca: “Traspasareis
esta Patria de las tinieblas de los gentiles a la luz de la fe”. Una glosa
recogida en Valencia en el siglo XVI, pero extensible a Mallorca dice así:
Àngel Custodi de Déu infinit,
Guardau la ciutat de dia i de nit
Perquè no entre lo mal esperit.
A lo largo del
siglo XVII la fiesta del Ángel y su patrocinio decayó. Como colofón del olvido
que si bien rodeaba al antiguo patrón custodio del reino, en el año 1894, con
el incendio del Ayuntamiento, se quemó la pintura que representaba al Ángel.
Una expresión
ciudadana dice “es como el Ángel del
Palacio”, locución que se refiere al carácter cambiante de una persona,
como el ángel – veleta, que varía según sopla el viento.
Bibliografía: “Palma, ciutat de llegenda. Itineraris pels mites,
les llegendes, les curiositats i els detalls de la ciutat de Mallorca”. De
Gaspar Valero i Martí.
Fotografías: Virginia Leal.