domingo, 19 de marzo de 2017

Excursión "El Camí del Correu - De Esporles a Banyalbufar"


Llega la primera y con ella el tiempo ideal para recorrer la Serra. Eso es precisamente lo que hicimos el pasado 18 de marzo con ARCA PATRIMONI, asociación que vela por el patrimonio histórico y cultural de Mallorca desde el año 1987 cuando un grupo de profesionales de diversas áreas, comenzaron a reunirse con una preocupación común: el abandono del centro histórico.
  
La ruta escogida fue la de “El camí des Correu: Esporles - Banyalbufar”. La excursión, dirigida por Joan Antoni Martínez Payeras, Máster Universitario en Gestión Cultural UOC-UIB-UdC, estuvo enfocada especialmente para dar a conocer el valor paisajístico y etnológico, así como también legendario, de este antiguo camino real de origen medieval. Es de dificultad baja y la duración estimada es de 2h y 40 min aproximadamente (solo de ida y sin paradas).

Comenzamos nuestra excursión en el pueblo de Esporlas, más concretamente detrás de la iglesia neogótica de Sant Pere (obra del arquitecto Gaspar Bennàssar). El camino arranca con un ligero ascenso por un terreno empedrado para poco después suavizarse. A unos 20 minutos de comenzar nuestra excursión nos toparemos con la carretera que tendremos que atravesar para seguir por el camino para viandantes diseñado según las técnicas de “pedra en sec” tradicionales.  

Este camino, documentado ya en el s.XV, era utilizado por los antiguos oficiales reales que llevaban la comunicación a los pueblos y comunicaba, además, Palma y Esporlas con la villa de Banyalbufar. Pero, con las reformas viarias iniciadas en el s.XIX, este camino dejó de ser utilizado y ha quedado relegado con fines turísticos. Recientemente, se ha realizado obras de restauración del camino así como de señalización.

Continuamos nuestra excursión al son de las interesantes y educativas explicaciones de Joan Antoni, nuestro guía, a medida que atravesábamos el encinar que nos llevaría más adelante al pueblo de Banyalbufar. Gracias a él supimos interpretar los diferentes elementos que nos íbamos encontrando a lo largo del camino, como son los Forns de calço las Sitges”. Los primeros eran hornos en los que se quemaba la piedra calcária con el fin de elaborar la cal, antiguamente utilizada para pintar las paredes de las viviendas, para limpiar e incluso para fines terapéuticos, entre otros usos.  Los segundos, eran espacios circulares en los que se levantaba una especie de “cabaña” construida con troncos gruesos en su base y troncos más pequeños encima de forma vertical, para elaborar carbón vegetal. Como Tal era el grado de conciencia que tenía el hombre con el entorno natural, que esperaban 6 años de regeneración del bosque para que pudieran seguir creciendo las ramas y poder así seguir con la producción del carbón. Esta tradición continuó hasta los años 60.

Después de encontrarnos con varios “forns de calç” y “Sitges”, a mitad del camino, debemos estar muy atentos, pues nos toparemos con “sa potada des cavall”. Se trata de una hendidura en una gran roca en medio del camino que, según una de sus leyendas, fue hecha por el caballo del Rey Jaume I “El Conquistador”, mientras recorría la isla.

Ya en descenso y, después de atravesar campos de olivos y algarrobos, dejando a nuestra izquierda Planicia, el Camí del Correu continúa bajando por un terreno asfaltado. Vemos que el entorno cambia y nos vamos encontrando con las construcciones más características de Banyalbufar: los “marges” y las “marjades”. Las marjadas eran terrazas de cultivo y delimitadas con la construcción de un muro (marge), en la ladera de la montaña. Se construían para poder sembrar, más concretamente, malvasía (una variedad de uva, muy dulce) y “tomate de ramallet” y se aprovechaba el desnivel del terreno para su regadío. Estos cultivos eran posibles gracias a un complejo sistema hidráulico, de origen árabe, y cuyo abastecimiento se encontraba en la Font de la Vila y sus cientos de “safareigs” (depósito artificial para contener el agua de lluvia, acequia, pozo, destinada a regar).

Finalmente y, después de una excursión de contrastes, llegamos a nuestro destino, el pueblo de Banyalbufar. Una vez allí y, si todavía estáis con ganas, recomiendo recorrer su calles empedradas y conocer los rincones más característicos de este precioso enclave de la Serra deTramuntana.

Si queréis conocer un poco más acerca de la labor de la asociación ARCA y estar al corriente de las próximas salidas culturales, históricas y/o naturales que organiza, os invito a que visitéis su página.




Redacción y fotografías

Virginia Leal © 2017