El pasado 23 de marzo tuvo lugar una de las
experiencias gastronómicas más originales y exquisitas de Palma y, me aventuro
a decir también, de la isla. Una veintena de personas tuvimos el privilegio de
ser invitados por el prestigioso cocinero y repostero Tomeu Arbona, propietario de “El
Fornet de la Soca”, en su obrador o, lo que es lo mismo, su taller de
arqueología gastronómica, para disfrutar de una íntima velada repleta de
sorpresas.
Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de arqueología gastronómica?. Pues, como
su propio nombre indica: a recuperar las recetas tradicionales de un lugar de
los siglos pasados que han quedado en el olvido como si de restos arqueológicos
se trataran. Es lo que precisamente ha hecho y está haciendo Tomeu Arbona con
la cocina y repostería tradicional mallorquina de los siglos XVII-XVIII.
Citados por las organizadoras Tina Codina y María
Gómez en las escaleras de la iglesia de Santa Eulalia, nos reunimos todos los
comensales para comenzar nuestra experiencia con una introductoria visita
guiada por algunos de los patios señoriales de Palma. Esto era solo el
aperitivo de lo que nos íbamos a encontrar más adelante. Nuestra guía, Tina
Codina, de “Tres. Serveis
Culturals”, nos hizo una introducción para contextualizar nuestra
experiencia de “Las cocinas de Pascua en
las casas señoriales de Palma”. Para vivir la experiencia como un
auténtico señor, primero teníamos que entender cómo era la vida y costumbres de
éstos. Estas casas eran la residencia de la aristocracia de Palma. Los propietarios tenían el poder adquisitivo suficiente para
tener una legión de trabajadores a su servicio para mantener la casa. Este
elevado número de personas incluía el personal de cocina, lo cual permitía que
pudieran innovar en el recetario mallorquín. Había un criado en la casa que se
encargaba de hacer la compra en el mercado dónde podía comprar productos que
venían directamente del campo.
Por tanto, se podría decir que el esplendor
gastronómico de Palma y también de Mallorca, se da gracias a una clase social con
un alto poder adquisitivo que podía permitirse el lujo de experimentar con la
comida tantas veces como fuera necesario para satisfacer su paladar. Tanto es
así, que en Semana Santa se elaboraban comidas de hasta siete platos y en
Navidad se ofrecía un menú para cada una de las fiestas.
Concluida nuestra breve ruta, nos dirigimos directamente
al antiguo obrador del antiguo forn de “Sa Llotgeta”, situado en la calle del
mismo nombre. Allí nos esperaba Tomeu Arbona
con todo el equipo de “El Fornet de Sa
Soca” para deleitarnos con un menú degustación digno de señores del S.XVIII.
Sentados bajo un techo con más de 300 años de historia, Tomeu nos transportó
por unos instantes a una antigua cocina señorial mientras elaboraba, al son de
una “tonada” (canción popular
mallorquina muy popular entre el campesinado), lo que iba a ser nuestro menú
esa noche.
Este delicioso menú fue servido acompañado de explicaciones
y un “show cooking” por parte Tomeu y su equipo, atentos y serviciales en todo
momento. Los platos que pudimos degustar fueron los siguientes:
Coca de
Cuaresma
Bocadito de coca de verduras con jonquillo que le
daba un sabor de mar único y exclusivo.
Bajocada de
habas tiernas con estopeta de arenque
Entrante de vainas perfectamente cocinadas, tiernas
y muy gustosas, acompañadas de un toque de arenque.
Sopa de
pescado con lenguas del Papa
Bolitas de pescado recubiertas de verduras y
asentadas sobre una base de llonguet (pan
tradicional de Palma) acompañadas de un delicioso caldo de pescado con un
intenso toque de anís. Uno de los platos estrella del menú.
Empanada dulce
de Can Olesa con cabello de ángel
Empanada con masa dulce rellena de carne y cabello de ángel (dulce de calabaza) en
la base. Un plato de auténticos contrastes.
Guisado de
cordero con ensaimada
Guiso de cordero con verduras de temporada coronado
con nuestra tradicional ensaimada mallorquina. Por increíble que parezca, el
contraste de sabores era único y exclusivo. Sin duda, la sorpresa de la noche.
Requesón de
oveja roja y rubiolet con confitura
de yema
Postre de requesón autóctono acompañado de un
crujiente hojaldre relleno de confitura de yema.
Fue una noche caracterizada por una ambientación
única y exclusiva que solo un profesional como Tomeu Arbona puede ofrecer,
además de un trato afable, servicial y humilde como el que le caracteriza. Hay
que agradecer también a todo su equipo la profesionalidad con la que ejecutaron
esta velada y por la calidad del servicio que ofrecieron en todo momento.
Si tú también quieres experimentar la verdadera
cocina mallorquina de los siglos S.XVII y XVIII, no dudes en seguir los pasos
de uno de los cocineros más famosos de Palma gracias a los talleres y
experiencias gastronómicas que lleva a cabo Tomeu Arbona en el obrador de “El
Fornet de La Soca”. Una experiencia que te dejará muy buen sabor de boca.
Redacción
y fotografías
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