Hasta el siglo
XIX la comunicación directa entre Palma y Sóller se hacía por un camino que
comenzaba en la Puerta Pintada en Palma y llegaba hasta los pies de la Serra de
Alfàbia. Desde aquí hasta el núcleo urbano de Sóller, el trayecto se tenía que
completar a través de un estrecho y abrupto camino de herradura que salvaba el
llamado Coll de Sóller. De aquella
época aún se encuentran a lo largo de la actual carretera de Sóller las posadas
que servían para el descanso y avituallamiento de animales y pasajeros, hoy
reconvertidas en restaurantes.
Aunque el
primer camino de rueda del coll se
construyó entre 1834 y 1847, parece ser que su utilización ofrecía ciertas dificultades
para el transporte carretero, de manera que dos años después de su inauguración
se proyectó la mejora de todo su trazado y la realización de uno nuevo entre
Alfàbia y Sóller, acabándose las obras en 1895. De todas maneras las
prestaciones de los carruajes de aquella época, en cuanto a su capacidad y
tiempo invertido, eran reducidas: las diligencias solamente podían transportar
sólo una decena de viajeros y el trayecto entre Palma y Sóller se realizaba en
cuatro horas.
Todo esto y la
buena marcha del negocio ferroviario en la isla predispusieron a los sollerics a tener su tren y se
decidieron a afrontar los primeros estudios técnicos con tal fin de
conseguirlo.
Pere
d´Alcàntara Penya fue uno de
los primeros en proponer cuatro soluciones diferentes del trazado ferroviario
hasta Sóller: de Alarò a Sóller y a su puerto, desde Lloseta, por Son Sardina, Establiments,
Esporles y Deià, y finalmente desde Santa
Maria por el torrente de Coanegra
y con túnel por Alfàbia. Lo hizo en
1882 en el semanario palmesano L´Ignorància,
utilizando el pseudónimo de Pep d´Aubeña y con el tono de humor
que le caracterizaba.
Pero los
primeros estudios técnicos fueron realizados por Salvador Medir, que en 1892
realizó el Plano General del Ferrocarril Económico de Palma a Sóller, escala
1:100.00 (expuesto en el Museo del Casal Cultural de Sóller), y un año después
redactó un original, cuya concesión fue otorgada a Jeroni Estades Llabrés. Medir propuso la construcción de una
línea férrea de 47,7 km entre Palma y el puerto de Sóller que comenzaba en el
camino de circunvalación de la capital y conectaba los núcleos de Son Sardina,
Establiments, Esporles, Valldemossa y Deià, para llegar finalmente al puerto de
Sóller, exigiendo el establecimiento de fuertes costeros y de numerosas curvas
de corto radio, así como la construcción de largos túneles. El elevado
presupuesto de este proyecto fue imposible su ejecución material por lo que la
idea fue perdiendo interés.
En la nueva
legislación ferroviaria de principio de siglo se contempló la posibilidad de
que el Estado subvencionara la construcción de ferrocarriles secundarios y
estratégicos. Esta previsión creó un clima de optimismo que se tradujo en el
encargo del Ayuntamiento de Sóller al ingeniero Pere Garau Cañellas para que realizase los estudios preliminares de
un trazado ferroviario que, atravesando la Serra
con túnel, llegara a Santa Maria para enganchar con la línea de los FFCC de
Mallorca. Las primeras conclusiones de Garau aparecen en sus Notas para el estudio de un ferrocarril
directo entre Palma y Sóller, publicado en 1904, en las cuales se muestra
partidario de construirlo entre estas dos poblaciones por el camino más corto
(27 km de línea), a través de Son Sardina y Bunyola.
Para poder
llevar a cabo esta iniciativa, en 1905 se constituyó la sociedad Ferrocarril
Palma – Sóller. Al año siguiente Garau ya había preparado el proyecto
definitivo. Teniendo en cuenta que la concesión estatal otorgaba a esta
compañía el derecho de construir un ferrocarril con un trazado que no coincidía
con el del proyecto definitivo, procedió a su renuncia y a la constitución en
1911 del Ferrocarril de Sóller, s.a. Esta sería la encargada de
construir el ferrocarril, con una sección ferroviaria de 27,26 km entre Palma y
Sóller, y otra de 4,87 km entre Sóller y su puerto, cubierta por tranvía.
El servicio
del ferrocarril entre Palma y Sóller fue inaugurado oficialmente el 17 de abril
de 1912 y el del tranvía entre Sóller y su puerto, el 11 de octubre de 1913.
Mientras la línea al puerto se ha venido utilizando normalmente para el
transporte de viajeros, la de Palma a Sóller se dedicó hasta principio de los
años setenta al transporte de viajeros y mercancías. Hoy se dedican
exclusivamente al transporte de viajeros y sobrevive como negocio turístico.
Material móvil
El material
tractor incorporado inicialmente estaba
compuesto por locomotoras de vapor. Fueron construidas por la Maquinista
Terrestre y Marítima de Barcelona y reconocidas con el nombre de los nucleos
dónde se había instalado la estación (Sóller, Palma, Bunyola y Son Sardina),
tres de las cuales fueron compradas por las FFCC de Mallorca y puestas en
servicio en los años cuarenta.
Con motivo de
las muestras de cansancio observado y las continuas averías sufridas,
rápidamente se planteó la necesidad de cambiar de vapor a electricidad, cosa
que se hizo efectiva en 1929. Este cambio implicó una importante inversión
empresarial. Entre otras cosas se incorporaron a la explotación cuatro
automotores eléctricos, cuya parte mecánica fue fabricada por la casa alemana Siemens.
Fue precisamente
esta misma empresa la encargada de construir los primeros coches de los
viajeros y vagones. Por exigencias del tránsito, el parque móvil se amplió más
tarde con la incorporación de furgones, fabricados por la Compañía Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) de Baesain.
Desde su inauguración en 1913, el servicio entre Sóller y su puerto se ha venido realizando con tranvías eléctricos. Tres automotores y dos remolques fueron los encargados de realizar los primeros viajes. Este material fue comprado a Carde & Escoriaza, empresa que se encargó de recubrirlos de madera sobre una estructura metálica y de montar sobre ellos los primeros motores Siemens.
En los años
cincuenta se amplió por primera vez el parque móvil de los tranvías de Sóller. Esto
fue posible con la incorporación de una serie de unidades que provenían de las
empresas de tranvías de Bilbao y de Palma. La reciente compra de otras unidades
a los tranvías de Lisboa hace pensar que se incrementara el número de vehículos
en funcionamiento entre Sóller y su puerto.
Bibliografía
BRUNET,
Pere (1997): “Ruta del tren” en Guíes Pràctiques de Turisme Cultural de les
Illes Baears. Ed. El Dia del Mundo / Rey Sol S.A., Palma, p. 2 – 10, 14 – 18.
Fotografías