La Lonja es uno de los grandes monumentos de la Palma gótica siendo el mejor
ejemplo del gótico civil y una obra de arte que impresiona por su elegancia, airosidad
y delicadeza. El edificio se levantó en una zona situada en los extramuros, en
la misma orilla del mar. Estaba en un barrio de artesanos y marineros y fue una
construcción muy sencilla donde se reunían los mercaderes. El Colegio de
Mercaderes era en el siglo XV un colectivo de mucha potencia social y económica
y se quiso escenificar en un gran edificio que sirviera para las transacciones
comerciales pero también como almacén.
Por eso
encargaron la obra a uno de los arquitectos más prestigiosos del momento, el felanitxer Guillem Sagrera. Pero la obra estuvo llena de incidencias. El
presupuesto fue demasiado ajustado y Sagrera perdía dinero. Por este motivo, inició
un pleito contra los mercaderes, por lo que se atrasaron los trabajos.
Finalmente el arquitecto viajó a Nápoles llamado por Alfonso el Magnánimo y
murió en 1456, el mismo año en que ganaba el contencioso.
Este edificio
es un testimonio de la época de máximo esplendor del comercio en Mallorca, que
sufrió una severa crisis a partir del siglo XVII. Fue entonces cuando La Lonja
cambia su uso y se convierte en un almacén, una prisión, un hospital, una
fábrica de pólvora e, incluso, en un taller de fundición para cañones. Durante
mucho tiempo tuvo un cuartel militar adosado. En el siglo XIX los bailes de
carnaval que se celebraban en su interior eran tan famosos que llegaban a
acoger más de mil personas. Más tarde se destinó a usos culturales como exposiciones
de bellas artes. Fue la primera sede del Parlamento Balear después de la
recuperación democrática y actualmente sirve de marco para grande exposiciones.
Arquitectura
Otro aspecto
que hay que destacar es que la Lonja supone
el último esplendor gótico, ya dentro del Renacimiento. Eso le da un estilo
especial, no tan severo y un poco más exuberante.
El edificio tiene planta rectangular con cuatro torreones octogonales en las
esquinas rematados con almenas. Además, tiene diez torres más de tamaños más
reducidos y una crestería con almenas al final. La Lonja cuenta con dos portales ojivales y seis ventanales de
tracería.
Sin ninguna
duda, lo primero que llama la atención es el espectacular Ángel de la Mercadería, situado en el tímpano de la puerta principal.
Es obra de Sagrera y la pieza escultórica más elegante y remarcable del gótico
en Mallorca. Sus grandes alas, la expresión del rostro y los detalles, que
originalmente estaban policromados, resultan excelentes. El tema del ángel,
símbolo del comercio, se repite muchas veces en la Lonja.
Si contemplamos el exterior, veremos que en cada esquina hay una hornacina destinada a una figura. En la fachada principal podemos contemplar a Santa Clara a la izquierda y a Sant Joan a la derecha. La hornacina que da al jardín está vacía ya que la imagen de Sant Nicolau, que estaba allí, fue robada en el siglo XIX, mientras que en el otro extremo se encuentra Santa Catalina.
Vale la pena
admirar la delicadeza de los elementos góticos como arcos, ornamentos y
filigranas. La Lonja cuenta también
con unas espléndidas gárgolas con formas de animales quiméricos. Fueron
restauradas a principio de siglo XX y una de ellas lleva una cartel que dice “O com es fret!”.
Los dos
portales son de un gótico exquisito. El más vistoso es el que da a la plaza,
rematado por decoraciones vegetales y dos pináculos laterales. El portal de
atrás resulta más sencillo y tiene una figura de la Virgen amamantando al Niño
Jesús.
El interior de la Lonja muestra un conjunto muy vistoso. Se trata de una sola
sala con bóvedas ojivales sostenidas por seis columnas estriadas que ascienden
en espiral, como si de palmeras de piedra se tratarán. La sensación de un
espacio grande se refuerza con la ausencia de elementos decorativos. El pavimento
de piedra oscura resalta de forma especial
con el color cálido de la piedra de Santanyí que Sagrera utilizó para su
obra.
La Lonja sólo
se puede visitar cuando en su interior se celebra algún acto o exposición.
Bibliografía: “Guia de la Palma Gòtica”, del Institut d´Estudia
Baleàrics.
Fotografías: Virginia Leal.