lunes, 25 de marzo de 2013

Banyalbufar (Mallorca)



El municipio de Banyalbufar se encuentra situado en la parte norte occidental se la serra de Tramuntana, a unos 25 kilómetros de Palma. El término es muy accidentado y se divide en tres valles surcados por una red de torrentes: Planícia, Banyalbufar y Son Coll.

Banyalbufar es fruto de una comunidad hispanomusulmana. Durante la época islámica el municipio pertenecía  al distrito llamado Bunyula. Básicamente son tres los restos que nos han llegado de esta lejana época: el topónimo, el paisaje de las marjades (bancales) y el sistema hidráulico.

Una nueva y más cuidada interpretación etimológica del topónimo Banyalbufar, la traducen como “construido a lado del mar”. A banya (construido), se le atribuye un sentido fundacional, de creación de un pueblo nuevo, creado por la introducción de comunidades andalusinas en Mallorca en el siglo X. La segunda parte del topónimo, al-bahar,  a través de la documentación del siglo XIII nos ha catalanizado el mote bahar, como la Mar o Sa Mar (el mar). La “construcción” o “fundación” de Banyalbufar se tiene que relacionar con el pueblo de Bunyola, ya que parece que se estructuraron bajo un mismo topónimo o denominación de una misma actividad. Para no confundir ambos topónimos, al de Banyalbufar se le añadió una particularidad que no tiene Bunyola: al-bahar, “al lado del mar”.

Les marjades y el sistema hidráulico

El área de marjades (bancales) y de regadío de Banyalbufar tiene una superficie aproximada de 70 ha, y se extiende entre la acequia de Dalt y los acantilados que caen sobre el mar. Los bancales tienen una altura media de 3,5 m. Estos siguen las curvas del nivel y son atravesadas por calzadas o acequias secundarias que permiten que el agua baje de bancal en bancal.

Respecto a las acequias, las que vemos actualmente son cuadradas y modernas. Antiguamente, las principales se construían con argamasa de cal y las secundarias de tejas. Generalmente, un camino acompaña la acequia para facilitar tanto su limpieza como el repartimiento de agua. La pendiente y la sección del canal determinan la velocidad de bajada del agua.

El agua se almacena en los safareigs (albercas), desde dónde se reparte de la manera más provechosa para garantizar el crecimiento de los árboles o una buena cosecha. Dicho repartimiento se hace a lo largo de los bancales.

El sistema de riego de Banyalbufar responde al llamado ma´jil, de origen árabe. Etimológicamente significa la división reglamentada del agua para su distribución comunitaria. Hoy en día nos ha dejado como recuerdo el sistema técnico de riego y por la forma del repartimiento del agua, las tandas; el agua se reparte de dos tandas de una semana de duración cada una.

El cultivo más característico de Banyalbufar desde el siglo XIV hasta finales del siglo XIX era la viña, con la famosa malvasía. A principios del siglo XX y a raíz de la desaparición de la viña por los efectos de la filoxera, se introdujeron cultivos de huerta. Por este motivo, se intensificó la división de la propiedad y se construyeron más safareigs, muchos de los cuales datan entre los años 1915 y 1930.

Itinerario urbano

Comenzamos el itinerario urbano visitando la iglesia parroquial de la Nativitat de Maria, situado en la plaza de la Vila. Bajamos de la plaza y continuamos por el edificio que acogió la Baronia de Banyalbufar, una de las construcciones más emblemáticas de la vila, La Baronia. Por la calle principal del pueblo, nos dirigiremos a Cas Cosí, un casal representativo. Desde la vía principal, subimos las escaleras de la calle de Sant Esperit, a la izquierda de Cas Cosí, y llegaremos al siguiente punto del itinerario, Cas Batle Negre. Un poco más arriba, a la derecha de la cuesta, nos encontramos con el siguiente edificio, Son Borguny. Continuamos en subida por la cuesta de la Font de la Vila y, a la derecha, aparece el casal de una antigua posesión, llamada Son Vives. Más arriba todavía, fuera del núcleo urbano, y también a la derecha del camino, justo después de safareig de Son Vives, se localizan las casas de otra posesión, Son Albertí. Si bajamos desde Son Albertí por el camino de la Font de la Vila, inmediatamente a la izquierda (a la derecha si subimos), enlazamos con el camino de la acequia de Baix, con el safareig de Son Vives a la derecha.

El camino gira hacia la derecha, siguiendo la pared del safareig, y se adentra sin perder altura entre huertos y pequeñas propiedades; a la derecha y abajo, quedan las casas de Son Vives. Camino adelante, llegamos a unos de los rincones más sugerentes de Banyalbufar, el Penyal, un núcleo rústico y elevado.

Bajamos del Penyal por la calle escalonada que lleva el mismo nombre; después de una vuelta a la derecha, con escalones de losas rojizas, pasamos por diversas casas, como el Pastador (nº 16) o Can Ros (nº8); más abajo, dejamos la bajada por la calle de Sebatián Moranta. Acabados los escalones nos encontraremos en la parte posterior de la iglesia.

A continuación, atravesamos la calle de La Baronia y continuamos por la calle Font. En el número 6 de esta calle nos encontraremos con el antiguo convento de las Germanes agustines. Dejamos de lado el camino que baja hacia las Escoles y giramos inmediatamente a la derecha, por los escalones que bajan hacia Sa Canal Nova; después giramos a la izquierda, por la calle del Pont y, otra vez, a la izquierda, iniciamos la bajada por la calle de Es Molí. Continuamos la bajada y, desde el mismo camino, hacia la izquierda, desde una vuelta muy pronunciada, contemplamos las rocas de Sa Lleona y de Na Fernanda que se adentran hasta el mar. Llegando al final del camino, si nos dirigimos a la izquierda llegaremos a la explanada del Cos y hacia la derecha hacia la Cala de Banyalbufar. Si nos dirigimos hacia la cala, a pocos metros, después de atravesar un camino flanqueado por matas y una larga pared, nos encontraremos a la izquierda con un molino de agua.

Después podemos bajar por las escaleras que nos conducirán hasta el pie de la Cala, donde dos duchas de agua caen en abundancia durante los meses de lluvia. En el fondo esta podemos visitar un pequeño puerto. Para acabar la excursión podemos volver por dónde hemos venido, o bien podemos subir hacia la vila por la escalera que sube desde el puerto. 

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Bibliografía: "Banyalbufar, guia de passeig", de Gaspar Valero y Jaume Albertí.
Fotografías: Virginia Leal.



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