jueves, 2 de agosto de 2012

El Paseo Sagrera

Este paseo, de 500 m de longitud, se extiende desde el inicio de la avenida Antonio Maura hasta el torrente de Sa Riera. Antes de la creación de este bulevar ya existía la calle de Sagrera, en honor al arquitecto que construyó el edificio gótico de la Llonja.



El inicio para su creación supuso un verdadero punto de inflexión puesto que, su construcción, supuso el derribo de la muralla, por orden de Eusebi Estada. Varios años antes, en el 1.872, ya se había derribado parte de esta, pero en los escasos terrenos ganados poco espacio había para la construcción de edificios, por lo que durante más de 30 años estos terrenos no eran más que simples descampados.



Pero fue en la noche del 23 al 24 de junio de 1.910, con motivo de la próxima Exposición Regional de Baleares, cuando el arquitecto Gaspar Bennasar se presentó en aquella explanada junto con 200 hombres que trabajaron durante toda la noche para dar una sorpresa a los palmesanos: al amanecer se encontraron con un bonito paseo junto al mar con sus bancos y farolas.

Desde aquella fecha son muchos los cambios que se han venido dado en el Paseo Sagrera, destacando sobretodo la construción del marítimo. Con ello se perdió la arboleda junto a las palmeras y el paseo quedó arrinconado.

Hoy en día, la mayor parte del paseo es peatonal y cuenta con algunos jardines y terrazas. Incluso en ocasiones se celebran eventos como mercados o ferias (Día de les Illes Balears, el 01 de marzo). A lo largo de este paseo nos encontramos obras arquitectónicas como son Sa Llotja (una de las obras maestras de la arquitectura gótica de Mallorca y construida por Guillem Sagrera entre los años 1.420 y 1.452, y fue la sede del Colegio de Mercaderes), el Consulado del Mar (edificio de estilo manierista construido en 1.669) o la puerta vieja del muelle (una de las ocho puertas de la antigua muralla de la ciudad que constituía el principal acceso a esta por vía marítima), así como diversas esculturas.