miércoles, 1 de mayo de 2013

El Temple



El Temple fue una ciudadela en época musulmana: la Almudaina de Gumara. Tenía forma rectangular, con dos lados más cortos (uno de ellos era la de las torres que han sobrevivido) y los otros dos de mayor extensión. En total, contaba con once torres similares a estas. Hasta el siglo XIX mantuvo esta estructura, pero el crecimiento urbanístico de la ciudad motivó el derrumbamiento de sus murallas.

Las dos torres están muy modificadas aunque todavía se percibe su forma y base en forma de talud. En otro tiempo hubo un escudo templario en el dintel de la puerta. Esta pequeña fortaleza muy probablemente se levantara para reforzar la defensa de la puerta de Gumara. Puede que los almorávides tomaran esta medida después de que la expedición pisano-catalana de 1115, que arrasó esta parte de la Madina Mayurqa y la dejó prácticamente en ruinas, acampara justo en el otro lado del foso y entrara por aquí a la ciudad. No se conocen más datos de época islámica excepto la existencia de un cementerio en su interior.

Después de la conquista, Jaume I utilizó primero el recinto para guardar el botín que había recogido y después lo cedió a la orden del Templo, con la cual mantenía lazos muy estrechos, ya que los monjes guerreros lo tutelaron cuando era pequeño. El Temple se convirtió así en una fortaleza donde los templarios tenían incluso su propia aduana. Pero cuando Clemente V dictó su disolución y fueron perseguidos, el recinto pasó a ser de la orden del Hospital. Después de la desamortización el Temple tuvo diferentes usos, como servir de prisión o de cuartel.

Si nos adentramos podemos ver los huertos que ocupan parte de este lugar central y que le dan un carácter muy especial. En el fondo encontramos el oratorio del Templo que, en época medieval, era muy pequeño y fue ampliado y modificado en el siglo XIX. Con esta reforma se perdieron muchos de los elementos originales. Destaca el portal que se abre en el vestíbulo de estilo gótico con resonancias bizantinas. En los montantes se contemplan impostas con esculturas.

Una vez en el interior del templo lo más remarcable lo encontramos en las dos primeras capillas. Son unos extraños ejemplos de estilo románico con arquivoltas de medio punto sobre columnitas de mármol italiano. Otros detalles como los escaqueados (figuras cuadradas), las hojas, las puntas de diamante o los grifos (animales fantásticos), constituyen una decoración típica románica. Probablemente constituya una de las obras más antiguas de la ciudad gótica. El Cristo de la capilla de la izquierda también parece arcaico pero no ha sido datado con precisión. En esta capilla del Temple estuvo el retablo de Sant Bernat, otra pieza capital del arte medieval en Mallorca, ahora ubicado en el Museo de Mallorca.

El oratorio está cerrado, pero el zaguán está abierto por las mañanas con unos paneles explicativos. Se puede solicitar la visita a la comunidad de les Llars del Temple que está allí mismo.

Bibliografía: “Guia de la Palma Gòtica”, del Institut d´Estudis Baleàrics
Fotografías: Virginia Leal.